REENCONTRARME
Ayer tuve un ataque de insomnio y en el delirio de la noche
recordé que hace años escribía en un blog. No estoy muy segura de la razón, no
sé el porqué de ese pensamiento, no sé cómo de entre los miles y miles de
pensamiento que me vienen a la mente durante la noche pude caer justo en este
recuerdo casi olvidado de otra época de mi vida. Indagar en esta reflexión me
daría para otra entrada de blog, y puede que algún día lo haga, pero hoy vengo
a hablar de NOSTALGIA.
La última entrada en mi blog fue en febrero de 2016, han
pasado casi diez años, era otra época del mundo de las redes sociales, era lo
que se llevaba. Recuerdo que seguía a diferentes blogs antes de crear el mío y
disfrutaba leyendo las entradas de aquellas mujeres (porque siempre eran
mujeres), hablando de lo difícil que es ser madre, de manualidades o de recetas
de cocina. Era fácil sentirme identificada, yo también era madre y además cosía.
Un día me animé y decidí crear mi propio blog que se llamaba: Cosas Cosidas
Cosas mías. ¡QUÉ RIDICULEZ! pienso ahora.
Pero en el delirio de mi insomnio de ayer me puse a leer mis
antiguas entradas y tengo que decir que tuve una sensación agridulce difícil de
explicar. Por un lado me sentí ridícula por la manera en la que escribía, por
las tonterías de las que hablaba y sobre todo por incluir a mis hijos en el
blog. Era como cuando te ves en una foto de tu niñez y sabes que eres tú, pero
te cuesta identificarte igualmente. Por otro lado, sentí orgullo, sé lo cansada
que estaba en aquel momento, lo difícil que es hacerse cargo de dos niños
pequeños e ir a a trabajar todos los días, y aun así sacaba tiempo para coser increíbles
colchas y escribir en el blog. Era toda una supermujer.
Ahora soy distinta, he evolucionado, y creo realmente que soy
más feliz. Los niños han dejado de tener tanto peso en mi vida, claro que
siguen siendo mi vida, pero no necesitan que esté con ellos todo el rato, de
hecho, no necesitan que esté con ellos ningún tiempo. Eso me ha llevado a
indagar dentro de mí, a volver a encontrarme y a reconocerme. No sé si llamarlo
el efecto de Nido vacío, en realidad siguen viviendo con nosotros y ahora que
son adolescente requieren igualmente de nuestra atención. Pero siento como se
van despegando de mí poco a poco, como una pegatina que arrancas despacito para
que no se rompa. En ese despegue me ha tocado encontrarme, reconocerme y reconciliarme
conmigo misma.
Y volviendo al blog, ayer me volvieron las ganas de escribir
en este formato. Estuve pensando crear un blog nuevo, empezarlo desde cero.
Pero finalmente decidí que no, que era mejor que quedaran mis antiguas entradas,
para no renegar de lo que fui, pero cambiándole el nombre para empezar esta
nueva etapa. Ahora me llamo Jostina, que puede parecer igualmente ridículo,
pero para mi no lo es, básicamente por lo que significa en mi vida.
Mi idea con Jostina es escribir al mismo tiempo que cuento
lo que hago en mi día a día cosas que soy consciente que realmente no le
importan a nadie más que a mí. 😊
Y para empezar aquí tenéis las fotos de uno de mis proyectos
actuales.
Es un pequeño huerto que he empezado ahora en verano, justo
cuando casi todos los huertos están terminando, pero así soy yo. Se me ocurre una idea y no soy capaz de esperar
a la primavera para llevarlo a cabo.
Mi marido me ha ayudado a fabricando unos bancales y he
plantado lechugas, puerros y acelgas. Plantas que se supone que aguantan en
invierno. Ya veremos lo que pasa…
Comentarios